Talla baja en niños: ¿puede crecer mi hijo?
1. ¿Cómo se define la talla baja?
Se define TALLA BAJA cuando la altura del niño se ubica por debajo del percentil 5 en las curvas de crecimiento. En otras palabras, se considera talla baja cuando el niño tiene una altura por debajo de la esperada para su edad y raza. Debe considerarse, sin embargo, que en el crecimiento intervienen diferentes tipos de factores que pueden determinarla.
2. Factores que determinan la talla final
Existen varios factores que intervienen en la talla final de las personas. Estos son los factores genéticos (heredados de la genética de los padres), los factores biológicos (como la hormona de crecimiento, hormona tiroidea y hormonas sexuales) y los factores ambientales (como una buena alimentación, la práctica de ejercicios con regularidad y la buena higiene del sueño).
2.1. Factores genéticos
Es el rasgo genético que determina la talla de la persona y es el factor más importante en la determinación de la talla final. Se hereda de la genética de los padres, por lo que, al evaluar la talla de los niños, se debe conocer la talla de los progenitores. Existe una relación directa de la herencia de la talla, de tal manera que si los padres no son altos, entonces la talla final esperada en el niño tampoco lo será.
2.2. Factores biológicos
Se refiere a los factores hormonales y del medio interno que determinan el crecimiento. Entre ellos tenemos la adecuada actividad del IGF-1 (factor de crecimiento similar a la insulina) y la GH (hormona de crecimiento), con intervención de las hormonas tiroideas. A partir de la pubertad, también están implicadas las hormonas sexuales. Si alguno de estos componentes hormonales tiene deficiencia entonces el crecimiento del niño se verá seriamente afectado y, en consecuencia, su talla final será menor a la esperada.
2.3. Factores ambientales
Finalmente, para que el niño crezca, los factores ambientales deben ser favorables. Los tres factores ambientales más importantes son la buena alimentación (con suficiente aporte de calorías y proteínas), la actividad física regular (dado que estimula la liberación de hormona de crecimiento) y un adecuado sueño nocturno (también porque estimula la liberación de hormona del crecimiento).
Es importante reconocer que el crecimiento puede verse afectado por diversas enfermedades. Las que producen mayor reducción de la talla final incluyen la desnutrición, el retardo del crecimiento intrauterino, las displasias esqueléticas, muchas de las cromosomopatías como el síndrome de Down o el síndrome de Turner y las enfermedades crónicas sistémicas como la diabetes mellitus, el raquitismo y las enfermedades hepáticas. .
3. ¿Cómo se evalúa la talla del niño?
3.1. Método para determinar la velocidad de crecimiento
Para evaluar la talla del niño se considera lo siguiente:
1. Ubicar el peso y talla del niño en los percentiles (con la finalidad de verificar que son acordes para la edad y sexo del niño).
2. Evaluar si existen signos de desnutrición, rasgos dismórficos o signos de trastornos de la glándula tiroides.
3. Examinar el desarrollo puberal y su correspondencia con la edad (esto se realiza porque el inicio de la pubertad puede indicar el final del crecimiento).
4. Verificar la presencia de cartílago de crecimiento con una radiografía de mano.
5. De ser necesario, solicitar exámenes de laboratorio para investigar posibles causas de talla baja (suelen incluir hemograma, parasitológico en heces, test de hormonas tiroideas, entre otros).
6. Determinar la velocidad de crecimiento a través de varias medidas de la talla..
3.2. ¿Cuándo se requiere tratamiento con hormona del crecimiento?
Esta evaluación permite indicar, de manera individualizada y ajustada al contexto de cada paciente, medidas correctoras para mejorar los factores ambientales que pudieran estar perjudicando el crecimiento del niño. Dentro de las medidas correctoras a tener en cuenta tenemos: alimentación saludable (con énfasis en el consumo de proteínas), incentivar la práctica de ejercicios moderados y controlados por un adulto de manera diaria y mantener una buena higiene del sueño (profundo, adecuado en tiempo para la edad del niño y sin interruptores).
Si, a pesar de optimizar los factores ambientales, la curva de crecimiento está alterada, entonces se debe solicitar dosaje de IGF-1 y, de ser necesario, GH basal y postestímulo. Este dosaje se realiza con la finalidad de determinar si el niño requiere tratamiento con hormona del crecimiento. Mientras más temprana sea la edad de corrección de la talla baja, existirán más probabilidades de recuperación. Por ello, frente a un enlentecimiento del crecimiento en los controles de niño sano, es prudente acudir al endocrinólogo para la evaluación respectiva.
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