El síndrome metabólico abarca una serie de condiciones que conllevan al riesgo de padecer enfermedad cardiovascular (infarto cardiaco, infarto cerebral) y diabetes.

 

Estas condiciones son:

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• Hipertensión arterial: ≥ 140/90 mmHg

• Glucosa alta: ≥100 mg/dl

• Triglicéridos elevados: ≥150 mg/dl

• Colesterol bueno bajo. Hombres: <40 mg/dl, mujeres: <50 mg/dl

• Circunferencia abdominal amplia. Hombres: >90 cm, mujeres: >80 cm.

 

La prevalencia varía según la población estudiada, en promedio el 15% de la población lo padece. Esta prevalencia aumenta de manera considerable en poblaciones de riesgo como familiares de pacientes diabéticos. El grupo de edad más afectado es después de los 40 años, pero esto ha ido variando dramáticamente y se está detectando ya en etapas más tempranas de la vida.

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La causa está asociada a la resistencia a la insulina. La cual es una hormona que se encarga de regular la glucosa sanguínea. Cuando uno empieza a producir más insulina de la normal por diversos factores (obesidad, malos hábitos alimenticios, sedentarismo) y se adquiere una resistencia a ésta comienza a acumularse en exceso el azúcar en la sangre condicionando al cuerpo para el desarrollo de enfermedades. Por lo tanto el síndrome metabólico es la consecuencia del mal estilo de vida dado por dietas ricas en calorías, azúcares refinados, exceso de grasa, falta de actividad física y el consumo de sustancias tóxicas para el organismo como el alcohol y el cigarro.

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El tratamiento consiste en cambio de estilo de vida: dieta adecuada y balanceada dando preponderancia al consumo de frutas y verduras, baja ingesta de carbohidratos y azúcares. Así como evitar sustancias tóxicas. Asimismo el paciente debe cambiar los hábitos sedentarios y practicar ejercicio treinta minutos al día. El ejercicio recomendado es el aeróbico (caminar, trotar, correr, nadar, básquet, futbol, vóley, etc.). La reducción de peso y la actividad física conducen a la reducción de todas las condiciones asociadas al síndrome metabólico (normalización de niveles de glucosa, triglicéridos, colesterol bueno, presión arterial y conseguir el normopeso). Sin embargo el tratamiento farmacológico es a menudo necesario. Se recomienda el tratamiento agresivo con regímenes de terapia combinada, cuya elección va depender de la condición de cada paciente y de sus objetivos.

La prevención del desarrollo del síndrome metabólico es lo más importante. Esto se logra conociendo los antecedentes familiares que predispongan (diabetes, enfermedad cardiovascular) y teniendo un estilo de vida adecuado basado en buena alimentación y actividad física.

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Ante la presencia de unos o más factores del síndrome metabólico acudir de inmediato al médico endocrinólogo para diagnóstico y tratamiento.

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Escrito por los profesionales de INM. Derechos Reservados.

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